lunes, abril 29, 2013

Strawberry Yoghurt Mousse Cake!

Hago un alto en el camino de Aotearoa para darle paso a una receta que nació como una cosa, luego se torció y pasó a ser otra aún más genial que la original! El Strawberry Yoghurt Mousse Cake!
Fresas, fresas everywhere!




Y es que tengo el reto personal de prácticar y hacer cuántas recetas me sea posible durante la semana, practicar mucho y no olvidar todo lo aprendido en los últimos años, incluidas las recetas de Le Cordon Bleu, dado que estoy en un stand-by ahora mismo, no quiero perder práctica.
Así, me dije, ¿porqué no hacer, con los limitados medios de una cocina normal, una de las tartas que más problemas me dió? Así me propuse hacer una tarta Fraisier.
Fresas, creme mousseline, creme patissiere, genoise y mucha nevera... Un reto si llevas más de tres meses si pisar la cocina!

Pero dado que la creme patissiere no me gusta demasiado y que mi nevera no es un abatidor, la receta fué variado para crear una mousse de yogur, en lugar de una mousseline de vainilla.

Y no le doy más vueltas, vamos con la receta!




Bizcocho Genoise:

4 huevos
20 gr yema
120 azucar
120 harina
15 mantequilla

Metodo:

1. Blanquear los huevos, la yema y el azucar en un bol, llevar a baño maría, sin dejar de remover con una varilla hasta que alcance la temperatura de 50-55ºC. Llevar entonces esta mezcla a la batidora electrica y batir entre 10-15 minutos hasta que se enfrie y en los que la mezcla se irá montando.
2. Derretir la mantequilla y verterla en nuestra mezcla cuando esta se haya enfriado (45-50º), sin remover ni tocar, solo verter sobre la mezcla.
3. IMPORTANTE: Tamizar la harina muy suavemente sobre la mezcla en 2 veces. Debe hacerse sin golpes, suavemente, para que nos baje el bizcocho. Incorporaremos cada vez con movimientos de espátula envolventes, suaves, procurando no meter aire ni sobremezclar, apenas unos pocos movimientos de muñeca. Integrar toda la harina del mismo modo. Jamas sobremezclar ni golpear el bol.
4. Verter en un molde de 18 cm. rellenando las 3/4 partes.
5. Llevar a horno precalentado, 180º 20 minutos. No debe hundirse en el centro ni tener chepa si se hace bien. Si no, siempre podemos igualarlo con un cuchillo ya que es un bizcocho que sube mucho y utilizaremos 2 capas.
6. Sacar del horno y dejar enfriar en el molde 5-10 minutos. Luego sacar a rejilla y dejar enfriar por completo.




Mouse de yogur de fresas:

220 gr. de puré de fresones (procedentes de Huelva, lavados, cortados, troceados y hechos puré. Y digo Huelva como puedo decir Valencia, eh? Producto nacional, de nuestros campos!)
140 gr. de yogur de fresa no desnatado
45-75 gr. de azúcar (yo utilicé 60 gr., depende de lo golosos que seais)
300 gr. de nata para montar (35% de grasa, bien fría)
1 sobre de gelatina neutra en polvo (unos 12 gr. o entre 6 y 7 láminas de 2gr/cada una)
40 ml. de agua caliente

Para decorar
5 o 6 fresones bonitos para decorar
Brillo pastelero o gelatina (esto sirve para enbadurnar las fresas y que queden brillantes y bonitas -y que aguanten más tiempo sin estropearse-).
Licor o jarabe de fresas (opcional, para bañar el bizcocho).

Método:

1. Mezclar en un bol grande el puré de fresas, el azúcar y el yogur de fresa.
2. Disolver la gelatina en los 40 ml. de agua caliente, dejar 5 minutos. Verter un poco más de agua si fuera necesario, remover hasta disolver los grumos y dejar enfriar.
3. Montar la nata casi al punto en un bol aparte.
4. Mezclar la gelatina con nuestro puré de fresas.
5. A paletadas y suavemente, emulsionar nuestra nata casi montada con nuestro puré. Movimientos envolventes y procurando no perder el cuerpo de la nata en el proceso. En dos o tres veces se habrá añadido toda. Reservar en frio.

Montaje final:



1. Tendremos preparado un aro de 20 cm. Esto es importante. Debe ser más ancho que el bizcocho. Por la parte de dentro colocaremos un acetato pegado a los bordes todo lo posible. Si no disponemos de acetato, podemos utilizar papel sulfurizado, el tipico papel de horno Hacendado sirve. Debe ser un tipo de papel que permita sujetar nuestra mousse para que enfrie y cuaje, sin que se pegue y sin que deje extraños pliegues, ok?
Ah, y una bandeja! Sobre esta reposará nuestra tarta y no se nos saldrá por debajo! ^__^

2. Cortaremos nuestro bizcocho frio en dos capas (pueden ser tres si lo habeis hecho bien y quereis que os quede muy alto, pero las capas deberán ser finas), de 1 cm de alto cara una, lo más rectas posibles. Ayudaos de reglas, listones o lo que querais. Y bueno, si no quedan iguales, tampoco es para tirarse por la ventana!

3. Procedemos al montaje. Sobre la bandeja, el aro y el acetato. Colocar la primera capa del bizcocho en el interior de nuestro aro (con el acetato/papel puesto), justo en el centro. Debe quedar como 1cm alrededor entre el bizcocho y el aro.

4. Con una paleta o cuchara, verteremos un poco de nuestra mousse de fresas encima, igualando la cantidad y más o menos de 1 cm de alto, lo mismo que el bizcocho.

(C)LissaMelissa



5. Colocar entonces la segunda capa de bizcocho nivelándolo todo lo posible. En este momento podeis añadirle el licor de fresas al bizcocho si os apetece. Yo no lo hice porque suele estar muy dulce y no quise restarle sabor a la suave mousse de fresa.

6. Verter de nuevo más mouse, igualar. Si vamos a poner una tercera capa, es el momento.

7. Verter el resto de la mousse. Distribuir desde el centro hacia fuera, rellenando los bordes de nuestra tarta por completo, de forma constante pero suave, con una espátula. Nivelar todo lo posible en la parte superior. Si os queda algo rugoso, no problem, luego pondremos las fresas decoradas ^__^

8. Llevar nuestra bandeja con nuestro montaje a la nevera. Debemos dejar enfriar nuestra mousse y que la gelatina actue. Necesita como mínimo 4 horas! Recomendable dejarla de un día para otro! Resistid! Sé que querreis probarla en ese momento, que querreis desmoldarla antes de tiempo! Pero aguantad, si sacais el aro antes de tiempo la tarta se desparramará! Lo ideal es dejarla toda la noche en la nevera!

9. Para desmoldarla al día siguiente, recomiendo utilizar un soporte porta tartas de cartón con el mismo diametro que nuestra tarta, colocarlo bajo nuestro aro y tirar de este hacia abajo muy suavemente. Si ha cuajado y el acetato/papel hacen su trabajo, no tendreis problemas en retirarlo límpiamente. Apoyad la tarta en algún soporte tipo vaso de cristal o algo así. IMPORTANTE: NO SACAR EL MOLDE HACIA ARRIBA! Siempre hacia abajo! Si no, podemos estropear todo el trabajo!

10. Plantar la tarta en el plato o soporte final de presentación.

11. Lavar las fresas reservadas para decoración y bañarlas con brillo o un poco de azúcar glas (o podeis dejarlas tal cual ^__^) y colocarlas sobre la tarta de forma decorativa!

Lista!

Una tarta suave, fresca, con frutas de temporada y muy muy rica!

(C)LissaMelissa

Dudas, preguntas o consultas, escribidme!

Yo me quedo aquí, comiéndome un cachito de tarta... Ñam!

viernes, abril 26, 2013

Aotearoa, un periplo de los gordos. Parte 2, la cocina neozelandesa.


 Nos habíamos quedado en que la historia de Nueva Zelanda es todavía joven, fogosa, orgullosa de su propia identidad como "kiwis": mitad británica y mitad maorí; mitad cosmopolita, mitad cerrada a las interferencias extranjeras; mitad protestante y mitad animista; mitad y mitad en todo. Una dicotomía en toda regla, de extraños opuestos en equilibrio.

Y con su cocina ocurre algo parecido pero para entenderlo hay que tener presente la clase de británicos que llegaron a sus costas en el siglo XIX.

Es mundialmente conocida su gastronomía, sus vinos y su panadería y así lo creía yo cuando llegué. Dadas las condiciones climatológicas de las islas, la calidad de sus frutas y verduras no tienen igual en todo el mundo. Y lo digo desde mi casa murciana, conocida como "la huerta de europa". Tierras tan fertiles, aguas tan puras y poca agricultura intensiva hacen que cojas un tomate y de lo enorme que es creas que viene del espacio exterior. Y además está bueno, sabe a tomate. Y solo como ejemplo!



El problema aquí es que, como podeís ver en este par de fotografías, apenas nadie se para a comprarlas. No son caras, al menos no todas, pero no las comen. Solo veías población asiática y germana comprando. Digo germana porque tras la II Guerra Mundial, NZ se convirtió en un asilo para aquellos que huyeron del reich y a día de hoy, la población germana en Wellington alcanza casi la quinta parte de la población total en la capital.




Pues qué comen, entonces, los kiwis?
Pues nada bueno, francamente. Es tal la cantidad de productos procesados, envasados, enlatados y llenos de aditivos a simple vista nocivos que te planteas si es que están mal de la cabeza.
Y es que, recordad, aquellos primeros colonos británicos no eran presidiarios ni foragidos, eran nobleza y clase media-alta, snobs con sirvientes a los que ordenaban servir comidas típicas del norte de europa. Y no era buena comida. En lugar de aprovechar lo que NZ ofrecía, siguieron optando por la comida británica -empanadas y guisos de carne- y asíatica -procedente del periodo imperial-.

Ingredientes de un Tiramisú. Visto en un Hipermercado. Clic para ver más grande.

Eso si, una cosa que me encontré fueron las grandes cantidades de ingredientes específicos de repostería que tanto cuestan encontrarse en España: extractos, esencias, colorantes líquidos y en gel, glucosa, fondant, cremor y ácido tartárico, golden syrup, diferentes tipos de azucares, mogollón de frutos secos y frutas escarchadas ideales... Lástima que por cosas de aduanas solo pude traerme un par de esencias y alguna que otra cosilla más, como el famoso Mixed Spice británico. Esa espécia que es una mezcla de especias en sí misma y que huele de maravilla!

Y no son caros! Las esencias, a 2,96 NZD equivale a unos 1,70 €

Pues bien, el caso es que, a día de hoy, tienes influencias de toda asia y europa en su comida, pero no existe una gastronomía TI-PI-CA-MEN-TE neozelandesa como tal. Solo materia prima excelente poco o mal aprovechada.

Pero hay algo que si que comen.
Vaca. Concretamente de la clase Angus, originaria de Irlanda.
Mucha vaca. Muchísima vaca. Y en cantidades industriales.

Dada la cantidad de vacas que residen en las islas, Nueva Zelanda tiene el grosor más delgado en la capa de ozono de todo el planeta -y lo aprendimos tras torrarnos mucho el primer día, a partir del segundo, protector factor 50-.
Muchas vacas.

Vacas, vacas everywhere!! Por todas partes, vacas!

La especie temible conocida como "Vaca de Rio" xD Se ha declarado una sequía y los animalicos vienen al rio a beber.

Y claro, todo lo celebran con una barbacoa. Y no un par de fileticos y ya, no. Sacos de salchichas de vacuno por kilos y por metros. Estantes y estantes llenos de carne procesada. Bandejas y bandejas de vaca hasta donde la vista alcanza. Apenas media estantería para el cordero, el pollo y ¿pescado? Nop. No hay pescado. Solo algunas piezas de ahumados. Cero. Nada. Increíble pero cierto.

¿Están gordos los kiwis? Si y no. Gordos están los maoríes, pero por cuestiones tradicionales. Los pakehas -"hombre blanco"- están todo el santo día haciendo ejercicio. O bebiendo cerveza, pero esa es cuestión aparte. ¿Sabíais que en NZ nacieron los de deportes de riesgo más extremos? Jetboat, trekking, extreme mountain bike, skydiving, rafting… y el bungy jumping, como el puenting pero rebotando. Pues a base de deporte queman la vaca.

"Pero no te enrolles más, cansina, ¿Cómo es la repostería neozelandesa?!"

Llegados a este punto, podemos afirmar que la base de su gastronomía consiste en carne, grasa y comida insípida procesada en exceso.
No tienen mala pinta, verdad? No son caros, tampoco. Pero hay que leer sus ingredientes para alejarte huyendo de allí
Pues la pastelería es igual, exageradamente grasienta, sin gusto y llena de aditivos. Con buena pinta? No siempre. Si no, fijaos en los "Red  Velvet" de más abajo, que te vienen en un supermercao normal.


Unos Red Velvet con una pinta bastante ¿sospechosa? x__x

Por fortuna, no todo fué negativo respecto de la pastelería repostería en Wellington. Lo bueno, y lo mejor -que lo hay-, lo dejamos para mañana.

Gracias por leer hasta aquí!

lunes, abril 08, 2013

Aotearoa, un periplo de los gordos. Parte 1.

Mira que no escarmiento! Ni sé cuántas entradas tengo ya en borradores y no termino de concretar nada para publicar que me parezca bien y no, eso no está nada nada bien.

En primer lugar, qué gusto volver a casa tras volver del Fin del Mundo! Llegamos ayer tras casi 72 horas de viaje pero solo 2 días ¿como es eso? Hijosmios, los husos horarios, una noche larguíiiisima en un avión lleno de señores gordos, niños feos y garrulas desconsideradas que inclinan el asiento demasiado hacia atrás y no te dejan espacio salvo para acordarte de los hijos de la Gran Bretaña.

Wellington, Nueva Zelanda. ¿Y a cuénto de qué me he ido tan lejos?


Centenario Cable Car en la ladera de Wellington, con vistas al Hook Harbour y la ciudad.


Pues a lo que todos, a buscar un futuro mejor que España no garantiza. El problema es que ya no hay tierra sin plaga y aquel lugar, un verdadero paraíso natural, comienza a tener termitas y no hemos tenido suerte. Así que, dado que no podíamos volver antes (NZ tiene una legislación muy estricta sobre la inmigración, cualquiera que vaya, debe tener también billete de vuelta, de no tenerlo, no te dejan entrar en el país, entre otras muchas restricciones loquísimas).
El caso es que decidí aprovechar la estancia para aprender, ver, estudiar y aprovechar lo que la ciudad llamada así misma "The coolest little capital in the World" tenía que ofrecer.


Pequeño recodo del muelle de Wellington, Museo Nacional Te PaPa al fondo, verano en febrero.


Y es verdad que es cool y little, una ciudad pequeña, bonita, cuidada y universitaria. Verse en mitad de Cuba Street sin que haya alguien tocando, cantando o actuando es imposible! Y lo mejor es que todos lo hacen genial! Festivales, fiestas de barrios, mercadillos artesanales, y lo mejor de todo, un sentimiento de camaradería, generosidad, civismo y positivismo. Y eso, viniendo de España, se me hizo rarísimo! Todo el mundo te pregunta como llevas el día y lo raro es que de verdad les importa! Si no les contestas te cuentan el suyo! Me costó semanas no desconfiar de tanta amabilidad, jajaja!



Underscore Orckestra, Gipsy Jazz tocando en mitad de Cuba Street.  



El caso es que esa alegría y "hipsteridad" (si, ya me entendeis) se complementa con unas costas en mitad del pacífico acojonantes y una vegetación selvática casi salvaje, todo muy exótico y abrumador. No por otra cosa, estas islas se están haciendo un hueco en la industria cinematográfica aparte de que Peter Jackson vive aquí y El Señor de los Anillos y El Hobbit solo se podían rodar en un sitio como este.


Al  igual que Hobiton, existen otros parajes como la aldea élfica, Rivendell (pero están desmontadas, restan parajes naturales con descripciones y fotografías de los rodajes. Respetuosos con su entorno).


He abierto este post con esa Parte 1 porque me gustaría profundizar en lo que he aprendido allí, lo bueno y lo malo, que también lo tienen y no es baladí. Esta primera parte solo será para poneros en contexto, la segunda, hablaré de su comida y del asunto "reposteril" que es el que me interesa contaros, bastante paradójico y curioso.
Para entender "lo malo" del pueblo "kiwi" hay que centrarse en su breve historia, que está siendo escrita a día de hoy.



Talla maorí en la roca del Lago Taupo, en el centro de la Isla Norte.


En el 950 d.c. llegaron las primeras canoas maories, procedentes de otras islas del pacífico al territorio que vinieron a llamar Aotearoa "La Tierra de la Gran Nube Blanca", Nueva Zelanda. En 1769, el británico Capital James Cook llegó a las islas y comenzó el proceso de "colonización" que perdura hasta día de hoy dado que las negociaciones fueron de todo menos pacificas.*

*En España hay editada una trilogía literaria escrita por Sarah Lark muy costumbrista que refleja muy bien aquellos días en los que la colonización británica llegaba a costas neozelandesas. Recomendable para aquellos que quieran saber más pero con un punto literario muy ligero.



Detalle de canoa Maorí en el muelle de Wellington. El Waitangi Day celebra la primera Constitución y Firma de paz entre los maoríes y los colonos británicos.




El pueblo maorí es de naturaleza beligerante, muy tradicional y cerrado al pueblo británico; aunque viven con ellos y entre ellos, apenas se han mezclado, prefieren vivir en sus reservas y tienen sus propias costumbres. Y a decir verdad, parecen mucho más "dignas" que las que he observado en el pueblo "pakeha" "hombre blanco", los kiwis de origen europeo.

Guerreros maoríes representado su danza de guerra. Pa cruzarse con ellos cuando no estaban representando!

Así, si alguno siguió el año pasado el mundial de rubgy, sabrá que ganó el equipo neozelandes conocido como los All Blacks y era famosa su forma de arrancar cada partido, un Haka de guerra que acojona a cualquiera y que, según la letra, te deja claro que no tuvo que ser fácil para los primeros británicos intentar residir aquí. El cómo lo consiguieron fué como siempre: dándole armas a nativos enfrentados y dejar que se mataran entre si hasta diezmarlos.  Eso cabrea a cualquiera, o si no, mirad el Haka "Ka Mate", el canto guerrero que inbuye a los nativos en el espíritu de la guerra. No perdeos la letra, que vereis que ganas de salir a la calle a repartir leña!




Da igual cuántas veces lo vea, si lo representan hombres, mujeres o niños, siempre siempre sobrecoje. Y si llevan sus tradicionales tatuajes en rostro, brazos y cuerpo, ya os podeís hechar a temblar!

Esta lucha aún sin resolver en algunos territorios del país se resuelve en que los británicos que llegaron aquí no eran como los australianos o los norteamericanos, los primeros residentes eran ricos británicos que podían y querían permitirse una residencia en las colonias. Este snobismo inicial propició que la cocina neozelandesa se desarrollara basándose completamente en los gustos importados del viejo continente sin prestar atención a la riqueza natural del país en que residían. Esto ha evolucionado en una paradójica y extraña visión de la alimentación.

Pero eso os lo contaré en la próxima. Si habeis llegado hasta aquí leyendo y os ha parecido interesante, por favor, decídmelo! Gracias por estar ahí! Comentad!

Mi maridín y yo en el lugar donde los Hobitts se escondían de los bichos negros a caballo (Nazguls! me gritan por ahí!)