lunes, diciembre 23, 2013

Chocolate y Naranja. Aero Orange Chocolate Cupcakes! Merry Xmas!

Winter is already here, Sweetie!

Venir al principio del invierno a vivir a Belfast, incluyendo pasar la Navidad aquí, no ha sido una de las mejores ideas, según me advierten buenas gentes españolas que ya viven aquí.
El sol, esa bola de fuego que abrasa las calvas españolas casi todo el año, se echa mucho de menos.
Y no tener sol sino mucha muchísima lluvia -tanta que aquí no se paga- y más con la llegada del invierno, aquí esta murcianica extraña mucho de menos su casa, su gente y su clima.
Verdad verdadera.

La comida, afortunadamente, no tanto, dado que la mayor parte de frutas y verduras proceden de España. Un alegrón me llevé al descubrir que los floretes de brocoli provienen de campos cercanos a mi hogar en Lorca! Así que tengo la cocina llena de naranjas y mandarinas españolas y así pesa un poquito menos la distancia.
Si a eso le sumamos el amor que tienen aquí por los chocolates raros, mezclados de forma impensable y de dispares calidades, ya tenemos cosas que hacer y que inventar!

Aquí he descubierto las chocolatinas Aero. Las he visto de chocolate, menta y naranja. Chocolate con leche y un relleno con muchas burbujitas por dentro! Riquísimo! Menos mal que ahora soy una adulta responsable y no me gasto mucho en vicios locos... Más o menos!




Burbujitas de menta!

El caso es que llevo una temporada refinando mis recetas propias, no me gusta comerme un cupcake que solo me sepa a manteca o mascar el azúcar de un frosting. Para mi es desagradable y poco saludable. Así que siempre busco las combinaciones más ligeras, menos saturadas de grasa y azúcar, más zumo natural y menos esencias y quimicos. Quizá por eso tampoco soy muy fan del fondant, aunque estéticamente me fascine.

Pues bien, mi receta de la magdalena de chocolate definitiva! Ya la tengo! Y con ella y una pizca de naranja, me han salido unas magdalenas alucinantes. Eso, unido a un frosting ligerisimo y muy aromático y sabroso y ya tenemos el vicio más sano al alcance del diente!

Chocolate y Naranja, mis sabores favoritos en Navidad!



Cupcakes de Chocolate y Naranja, estilo Aero Orange Chocolate.*

*No os preocupeis si no las teneis a mano porque no hacen falta para esta receta, solo las usé para la decoración, más fácil imposible!

Ingredientes para 12 cupcakes.

60 gr. mantequilla pomada
150 gr. azúcar
1 huevo a temperatura ambiente
1/2 naranja bien limpia, tanto su zumo como su ralladura.
140 ml. de buttermilk (leche entera con una cucharada de zumo de limón, dejado 10 minutos)
20 gr. cacao en polvo
150 gr. harina normal
1/2 tsp o 3 gr. de bicarbonato
1/2 tsp o 3 gr. de levadura química

Frosting:
250 gr. azúcar glas tamizado
125 gr. mantequilla pomada
1 naranja entera, bien limpia. Zumo y ralladura.
1 1/2 tbsp o 20 ml de leche
1 gotita de colorante naranja (opcional, yo no se lo puse)


Al lío:
Precalentamos el horno a 180º y preparamos la bandeja con 12 capsulas.
Preparamos también el buttermilk en caso de hacerlo casero. A mi me gusta más hacerlo, la verdad.
Blanqueamos la mantequilla con el azúcar unos minutos y le añadimos el huevo, la ralladura y el zuma de la media naranja. Batimos un poquito más. Parecerá cortado, tranquilidad, que esto es normal. Le damos un golpe fuerte de batidora y arreglado.
En un bol aparte mezclamos la harina, la levadura, el cacao y el bicarbonato. Tamizamos y vertemos la mitad en nuestro bol. Batimos suavemente, hasta integrar, sin pasarnos. Verteremos entonces nuestro buttermilk. Podeis alternar las partes todo lo que querais, hecharlo en de una vez o en varias, pero siempre es mejor acabar con ingredientes secos. Así, tras integrar el buttermilk -que yo lo vierto de una vez-, vierto el resto de la mezcla de harina y una vez integrado, ya lo tenemos.
Lo llevamos a las capsulas, repartiéndolo equilibrado y lo llevamos al horno, 25 minutos.

Mientras, preparamos el frosting.
En el bol verteremos la mantequilla pomada y la ralladura de naranja y le daremos un golpe -en las mezclas con ralladura de cítricos, cuanto antes lo agregemos mucho mejor, más tiempo y mejor se aromatizarán el resto de ingredientes de nuestras mezclas-.
Añadiremos, entonces, el azúcar glas tamizado, el zumo y la leche y muy suavemente integraremos todos los ingredientes, con cuidado al principio y cuando ya esté casi y no salga volando el azúcar, le daremos un golpe fuerte de batidora. Antes de esto es cuando hay que añadirle la gotita de colorante en caso de querer hacerlo. Darle un batido fuerte le mete aire a la mezcla y la blanquea, la vuelve más ligera, suave y homogenea. Pero debe estar todo integrado. Si lo hacemos antes corremos el riesgo de que se nos corte la mezcla y de que se nos convierta la cocina en Los Pirineos, juas!

En caso de que se nos corte este frosting -alguna vez ha pasado- yo tengo dos formas de arreglarlo. Si es poca cosa, le pongo uno poquito más de azúcar, cosa que detesto, por otra parte aunque lo arregle. Pero también hay otra opción. Y es la de igualar las temperaturas.

Cuando se nos corta la buttercream es porque al añadir algun ingrediente, estaba a diferente temperatura del resto. Leche y mantequilla. Horror!

¿Qué hacer si se nos corta la buttercream?

Pondremos nuestra mezcla en un bol apto para microondas o lo llevaremos al baño maría. El objetivo es volverlo líquido, es decir, igualar la textura y la temperatura. Y lo dejaremos enfriar, removiendo de vez en cuando. Cuando esté frio pero no firme, lo llevamos a la nevera un rato, media hora, una hora, dependiendo de la cantidad, echándole un vistazo y removiendo de vez en cuando, para que la temperatura y la textura sea igual en toda la mezcla. Una vez tenga la textura que buscais, de vuelta al bol, golpe batidora y listo. Puedo decir que me ha funcionado cada vez que lo he tenido que hacer.
Se tarda más, pero hemos salvado nuestra crema y el día!

Pues eso, mientras hemos hecho nuestro frosting, los cupcakes se han hecho y los hemos sacado a una rejilla a dejar que se enfríen por completo. Solo entonces meteremos nuetra crema en una manga con boquilla rizada -o al gusto- y a decorar!
Un trocito de aero en cada uno de ellos pero también se le puede poner una gominola de naranja, un lacasito o lo que gusteis. Os garantizo que eso será lo de menos! No están pesados en absoluto, es como estar comiendo un batido de naranja!




Si os acercais a la pantalla, se pueden oler desde ahí!!





Y nada más, salvo que os deseo lo mejor. La mejor de las nochebuenas posibles y la mejor de las Navidades. Este será mi primera Navidad lejos de mi familia pero vosotros la haceis un poquito más cálida y fácil porque también sois parte de la familia!



Merry Christmas!!


miércoles, diciembre 11, 2013

Next stop, Belfast. Keep calm and eat a chocolate chili cookie.


Demasiado tiempo, demasiadas cosas.
Ya hace diez años me decía mi profesor de diseño web que un blog se tiene para actualizarlo periodicamente o no se tiene. También es cierto que me dejó tirada con mi Trabajo Fin de Carrera así que como que poco me importa lo que dijera. Aunque sé que tenga razón.

Los que me seguís sabeis por dónde voy, que soy más directa y rápida, que mi conexión no es la que era y que mis pasos -ahora helados- me llevan por tierras lejanas una vez más, concretamante hasta Belfast, capital de Irlanda del Norte.

Para aquellos que se lian -yo la primera- Irlanda del Norte es un territorio ubicado al norte de la isla de Irlanda, pero dicho territorio es propiedad de Reino Unido. Eso, de momento y que se sepa.



Seguro que os suenan los lios que se traia esta gente del Ulster, a que si?
No entraré en detalles sociopolíticos ni macroeconómicos porque aquí liarse con estas cosas es peliagudo. Donde vivo debo tener cuidado hasta al señalar mi procedencia, ya que es un barrio no independentista. Es decir, en este barrio son fieles a la Corona Británica y a la Reina, y como tales, no son católicos. Puede que yo tampoco lo sea, pero solo por decir que soy española, hay quien puede pensar aquí que soy católica, si o si. Algo así como los que generalizan y afirman que en Méjico solo hay santeros. Insuficiencia cultural, que se podría decir. Y siempre sin ofender, que acabo de hablar con mi vecina tras mis primeros tres meses aquí y es una señora abuelita la mar de amable y cándida.

Qué más? Fotos. Bueno, aún no tengo ninguna. Mentira, sí que tengo, pero mi cámara se rompió camino del curso en Loretta's del bouquet de flores allá por junio y no conseguí arreglarla. Y luego vino la mudanza supersónica y apocalíptica, y bueno, en fin, que tengo algunas fotos de la ciudad pero aún no sé dónde están ni como pasarlas al ordenador porque no encuentro los cables.
Sé que vivo en una casita de dos plantas de estilo victoriano, cerca de 100 años que tiene, de esas de ladrillo rojo y adyacentes a otras muchas casitas iguales, en un barrio humilde y obrero.
Si miro the bright side of life, casi me recuerda a esto -salvando las distancias, vamos-.





Peeeeero, así está la cosa. Llevo mucho atraso con todo, empezando conmigo misma, mi circunstancia y mi camino. Del blog, como os decía, no hablo. Así que vamos a por esas galletas de chocolate con chili, superespeciadas y superespeciales, ideales para preparar en un momento, para regalar y para sorprender (yo, al menos, me he quedado gratament sorprendida!).







Galletas de chocolate con chili (12 unidades grandes)

120 gr. harina normal
15 gr. cacao
15 gr. levadura química
5 gr. bicarbonato sódico
5 gr. canela molida
50 gr. azúcar moreno (cuanto más fino mejor)
50 gr. mantequilla pomada (no derretida)
1 huevo a temperatura ambiente
5 gr de chili -en copos o en polvo-. Cuidado con esto, podeis ponerle menos si no os atreveis. ^__^
60 ml de miel clara o sirope agave o golden syrup, lo que mejor tengais a mano -yo usé golden syrup-.
100 gr. trocitos o gotas de chocolate negro.
Azúcar glás para espolvorear.

Nota: esta receta es del gran Sweet Paul, adaptada de sus "Spicy Mexican Chocolate & Cinnamon Cookies". Yo la he adaptado a mis gustos y mi cocina. Por eso, en su momento le puse una cucharada más de sirope y un par de gramos más de chili en copos o no le puse licor de café en absoluto. Cuestión de gustos. Os puedo decir que estas galletas están tremendas, picantonas y diferentes. Estoy muy contenta con el resultado, palabrita de girl scout.

Proceso:
Precalentar a 180º. Mezclar todos los ingredientes secos en un bol, bien tamizados: harina, cacao, levadura y bicarbonato, canela y azúcar moreno. Añadir la mantequilla e incorporar hasta conseguir una textura arenosa (cuidado con batir fuerte, la mantequilla se puede apelmazar). En este punto, batiremos nuestro huevo con el sirope y el chili y lo incorporaremos a nuestra mezcla "arenosa" para que haga una masa. Si la notais muy seca, o que no agarra, incorporar un poquito más de sirope, apenas 5 ml más. Al final, incorporad las gotas de chocolate.

Preparad una bandeja con papel sulfurizado o antiadherente. Haremos bolitas del tamaño de una nuez con nuestra masa y las colocaremos en la bandeja, dejando sitio entre ellas. Unas 12 por bandeja deben ir bien, ya lo digo, salen grandes. Si quereis hacer pastas más pequeñas, hacedlas en dos veces, dos bandejas. Double de cookies, double de fun, ya sabeis.
Las aplastaremos un poquito y por ultimo, espolvorearemos el azúcar glas por encima antes de meterlas en el horno unos 8-10 minutos.

Sacamos la bandeja, dejamos enfriar un poquito y las traspasamos a una rejilla para dejar que se enfrien por completo. Y ya, a disfrutar!

Si las haceis, por favor, contadme que tal! Vereis que con un poquito de helado de vainilla y un culín de rioja podeis cerrar la tarde como reyes!

Y ya. Un besazo desde las tierras frias de Irlanda!


sábado, agosto 17, 2013

Bizcocho de canela y crema de cacao con avellanas



También llamado Cinnamon Nutella Cake.

Fácil de preparar, fácil de comer, fácil de transportar. Este bizcocho es lo que se llama un Gateaux de Voyage propiamente dicho. Estupendo para una merienda con un buen té de flores o un picnic de principios de otoño.

Tengo unos amigos que siempre me andan retando con postres y barrabasadas culinarias y este cake apareció cuando me propusieron algo "British" ya que ellos lleva lo British en sangre.
Y como los vientos de mi camino me soplan ahora desde aquellas islas pues igual es el destino o la suerte, que por fin, un bizcocho me responde correctamente a lo que llevamos de verano. Qué horror de horno en verano y vivir en Murcia, o al norte de África como suelo decir yo!



"Pero no llames al otoño, Isa, y estira un poquito más el verano!!" Me dice Sweet Gaby! Más todavía!! Pero si llevo viviendo en verano desde el mismo mes de enero, allá en el emisferio sur! Que fué justo acabarse el verano en Wellington cuando volví al verano murciano, que dura 6 meses más que en el resto de España!! Estoy de verano ya hasta el gorro, eso es asi!

¿Se nota que tengo el aire acondicionado dándolo todo y el pobre no da más de si?

Pues eso. Que venga ya el otoño, por los mismos mengues!





Cinnamon Nutella Cake, receta de Mary Cadogan, en BBC Good Food (me encanta esta página) y adaptada un poquito a la magia de mi despensa -y ya vereis porqué-.

175 gr. mantequilla pomada a temperatura ambiente
175 gr. azúcar moreno
3 huevos a temperatura ambiente (siempre saco los huevos y la mantequilla unos 60-90 minutos antes de trabajar con ellos).
1 tsp de esencia de vainilla
200 gr. harina normal
1 tsp levadura en polvo
2 tsp canela en polvo
1 tsp mixed spice (una habitual mezcla de especias de origen británico compuesta de gengibre, canela, nuez moscada y pimienta de jamaica)
4 tsp de nata 35% (la receta original utiliza leche)
4 tbsp de nutella o cualquier otra crema de cacao con avellanas
50 gr. de avellanas troceadas (en mi caso usé pistachos)

1º Engrasar un molde redondo de 20 cm. y precalentar el horno a 180º (en condiciones normales, con mucho calor se puede cocer a 160º y subir a 180º los últimos 20 minutos y/o cubrir la parte superior con papel de aluminio para que no se nos queme).

2º Blanquear la mantequilla con el azúcar unos minutos e ir añadiendo, uno por uno, los huevos "until light and fluffy" (me encanta esa expresión) y homogeneizar. Añadir la cucharita de vainilla.

3º Tamizar juntos en bol aparte la harina, la canela, el mixed spice y la levadura. Añadir a nuestra masa y mezclar un poco.

4º Añadir entonces las 4 cucharaditas de nata.

Magia: El añadir en este punto leche semidesnatada, leche normal, yogur o nata hará que nuestro bizcocho sea más o menos esponjoso. ¿Porqué he utilizado nata? Porque la receta original lleva harina floja y la mia no, de modo que mi bizcocho tendrá más "cuerpo" que con harina floja de modo que le aporto "suavidad extra" empleando nata.

5º Mezclar todo durante un par de minutos hasta que nuestra masa esté suave y homogenea.

6º Verter 3/4 partes en el molde que tenemos preparado y sobre esta masa, las cuatro "bolas" de crema de cacao o nutella. Cubrirlo todo con el resto de nuestra masa y remover ligeramente, solo un poquito, con un tenedor o un pincho de cocina para que se nos mezcle un poquito la nutella por dentro del bizcocho. No conviene que sobresalga porque se quemaría y amargaría el sabor de nuestro bizcocho.

7º Verter sobre nuestra masa los trocitos de avellana o pistacho en mi caso -me gusta más el pistacho que a un tonto un lápiz (que también es mi caso), además, estos amigos mios no son fans de las avellanas, así que pistachos o cualquier fruto seco de cáscara dura va genial; vease pistacho, nueces, amendras...-.

8º Llevar a horno a media altura y cocer entre 55 minutos y 1 hora y 10 minutos. A partir de 55 minutos debeis vigilarlo, si al pincharlo sale seco, ya sabeis que es hora de sacarlo y dejarlo enfriar en el molde 10 minutos antes de sacarlo a una rejilla que termine de enfriar por completo.

Y a merendar!!



martes, junio 25, 2013

Cupakes de hadas y princesas (pero de fresa) y buqué de rosas



El fin de semana pasado fué movidito, por un lado una Master Class en Loretta's Cupcakes y Cookies, dónde hicimos un precioso buqué de rosas y florecitas en pasta de flores. 



La profe, Mar, de Tarta Chic. Una experiencia estupenda donde además de pasar un buen rato salimos de allí con un ramo de flores de pasta de flores o sugarpaste delicioso!







Por otro lado, celebraba su cumpleaños un duende bicharraco que nació hace cuatro añitos. Valeria, la chiquita mayor de una buena amiga mía cumplia 4 añitos y allá que me dije que tenía que hacerle un regalito especial, digno de la princesita que está hecha!


Así, le modelé a imagen y semejanza una pequeña hadita de cabellos locamente rizados junto a unos cupcakes especiales hechos para ella, de batido de fresa y flores que la volvieron loquita!





Ingredientes para 12 cupcakes de batido de fresa:

110 gr. mantequilla pomada
220 gr. azúcar
2 huevos
220 gr. harina
1/2 sobre de levadura química
120 ml de batido de leche de fresa (se puede encontrar en marcas blancas)
Unas gotitas de colorante rosa (opcional - para remarcar el color rosa de la magdalena)


Para la buttercream de batido de fresa

200 gr. mantequilla pomada
350 gr. azúcar glás
65-70 ml. de batido de fresa




Elaboración:

Precalentar horno a 180ºC, blanquear la mantequilla con el azúcar y agregar después los huevos, uno por uno hasta integrar, batiendo fuertemente. Tamizar sobre la masa la harina y la levadura juntas, en dos tandas, integrando con una espátula suavemente para no perder el aire del blanqueado.
Verter en 12 cápsulas preparadas en bandeja y al horno, 180ºC, de 18-20 minutos o hasta que al pinchar un palillo, salga seco. Se dorará la superficie de nuestra magdalena pero es normal, vigilar que no se nos queme. Una vez esté cocido, sacar a rejilla y dejar enfriar por completo.

Mientras, haremos la buttercream. Batir la mantequilla con el azúcar glas y el batido de fresa. Importante mantener la temperatura de los tres elementos para que no se nos "corté" la emulsión. Si esto sucediera, como fué lo que me pasó a mi, tenemos dos oportunidades más para "recuperarla" y evitar tirar nada a la basura! No se tira nada!
Si mientras batimos se corta nuestra crema, meteremos nuestro bol en la nevera unos minutos y volveremos a batir, a velocidad alta, nuestra crema. Si aún así no se recupera, tenemos otra opción, que es calentar al baño maría (no sirve el microondas, esto es así) nuestra crema hasta que se licue por completo. No dejar que se caliente, simplemente dejar que se derrita la crema y dejar enfriar a temperatura ambiente. Después lo llevaremos a la nevera y lo dejaremos unas horas, yo la recuperé en ese bendito momento, que mira que me he enfrentado a retos complejos, pero que se me resistiera una buttercream me sacó de quicio todo el fin de semana!! Pero lo conseguí!

Y ya a manga con boquilla rizada grande y adornar con unas flores de fondant y una purpurina comestible fucsia estupenda!

Y la pequeña hadita los disfrutó en su fiesta de cumple, vaya que si!!


lunes, junio 24, 2013

Tarta Genovesa de Moka



Genovés de Moka
(ingredientes para un cake redondo de 20 cm. o dos cakes rectangulares de 22 cm.)
Bizcocho Genovés:
4 huevos
20 gr. de yema
120 gr. azúcar
120 gr. harina
15 gr. mantequilla derretida

Jarabe (para embeber el bizcocho)
300 ml. agua
300 gr. azúcar
14 gr. esencia de café (en su defecto, se puede preparar añadiendo café hidrosoluble liofilizado al almibar -una vez frío-, entre 20 gr. y 30 gr. de café, según gustos)

Crema de Mantequilla de café:
140 gr. yemas (unos 8 huevos, 1 yema pesa unos 20 gr.)
220 gr. azúcar
70 ml. agua
350 gr. mantequilla
25 gr. esencia de café (o preparar con un poco del jarabe anterior)

Decoración:
Almendras fileteadas tostadas
Se suele escribir la palabra "Moka" sobre la tarta con manga y boquilla nº2
Otros: granos de café, canutos de chocolate, briznas de pan de oro, etc...




Preparación del bizcocho genovés:
1. Colocar un cazo con agua al fuego, sobre él y sin que caiga agua dentro, colocaremos nuestro bol de batidora y blanquearemos al calor los huevos y el azúcar. Blanquear suavemente, sin meter aire, con una varilla manual. Cuando alcancemos los 50-55º (no menos de 50º y no más de 60º para no dañar el huevo).
2. Al alcanzar la temperatura, llevaremos nuestro bol (secándolo) a batidora y montar a velocidad media hasta que notemos el bol frio (alrededor de 10-15 minutos).
3. Mientras, derretiremos la mantequilla y la reservamos unos minutos, hasta templar. Cuando nuestra masa tenga volumen y se haya enfriado, sacaremos el bol suavemente del batidor. No queremos perder volumen por lo que todo se hará, a partir de ahora, con movimientos muy suaves y sin golpear el bol.
-Precalentar el horno a 170º y preparar el molde elegido, debe ser ancho y alto (mínimo de 5 cm).
4. Verteremos la mantequilla derretida a la masa. No la tocamos. Siemplemente la vertemos.
5. Tamizar la harina en un bol aparte y la incorporaremos con una espátula de madera en dos veces a nuestra masa, con movimientos siempre desde el centro hacia fuera y sin agitar. Esto es muy delicado ahora: no sacaremos la espátula, no incorporaremos aire. Hay que integrar la harina sin maltratar nuestra masa.
6. Integrada la harina, nuestra masa es esponjosa y suave, delicada. La llevaremos inmediatamente al bol engrasado y de ahí, al horno. Temperatura 170º, cocción entre 15-20 minutos.
7. Sacar, dejar enfriar del todo y sacar del molde. Este es un bizcocho muy delicado, si se trabaja en caliente se puede romper.

Notas: La superficie del bizcocho debe quedar plana y homogenea. Si se ha hundido en el centro, es que la harina no está bien ligada con los huevos. Si primero se hincha y luego se desinfla al sacarlo del horno es que se ha trabajado demasiado y el bizcocho ha perdido el aire. Se debe blanquear bien, batir hasta que alcance un buen volumen.


Preparación del jarabe de café:
Hervir agua con azúcar, diluir con la varilla y dejar enfriar. Perfumar con la esencia o el café liofilizado. Nunca se verterá en caliente, pues cambia el sabor del café. Reservar.


Preparación de la crema de mantequilla de café:
1. Pomar mantequilla (no demasiado blanda), reservar.
2. Preparar el agua y el azúcar en un cazo, derretir sin tocar el azúcar.
3. Llevar las yemas al bol y batir a velocidad media-alta. Blanquear.
4. Cuando el almibar alcance los 118º se llevará rápidamente y con precisión al bol (en esos segundos alcanzará los 121º, temperatura que no debemos sobrepasar), verter pegado a la pared del bol (evitando salpicar) sin dejar nunca de batir.
5. Dejaremos enfriar batiendo a velocidad media.
6. Cuando haya enfriado y tengamos una temperatura ambiente, verteremos la mantequilla de golpe, de una sola vez. Ambas partes deben tener la misma temperatura para ligarse correctamente. Batiremos entonces a velocidad baja, unos segundos, lo necesario hasta que la mantequilla se haya integrado por completo, sin sobrebatir. Siempre tener vigilado el calor, que no debe dañar la temperatura.
7. Verteremos nuestro extracto de café en el último momento. Un golpe de batidor para incorporarlo bien y listo. Llevar a la nevera si nuestra crema está blanda.
Notas: La textura debe ser firme y muy suave. Si al batir vemos que la mantequilla no se integra bien (diferente temperatura) podemos aplicar un poco de calor en el exterior del bol con un soplete o simil.
Si tenemos en cuenta la temperatura de nuestras cremas, se integrarán perfectamente. Aconsejable un termómetro de cocina de sonda (no suelen valer más de 30€) para evitarnos disgustos.

Decoración: tostar almendras fileteadas en el horno (como noción, indicar que yo tosté una bolsa de 125 gr. y me sobró un poco, pero es ideal para las ensaladas, así que no sobra nunca nada ^__^).


Montaje:

1. Cortar nuestro bizcocho en tres capas de 1 cm o menos de alto.
2. Emplataremos nuestra primera capa de bizcocho, remojaremos bien de jarabe (debe quedar muy empapado) y aplicaremos una capa de crema (ideal si la metemos, poco a poco, en una manga con una boquilla abierta redonda del nº 10).
3. Colocar nuestra segunda capa de bizcocho y repetiremos la operación: empapar bien y desde los bordes hacia el centro y cubrir con una segunda capa de crema de mantequilla. Debe tener la misma altura cada capa, la de bizcocho y la de crema. Para igualarlas podemos presionar cada bizcocho para que la crema que hay debajo se distribuya mejor.
4. Colocar nuestra última capa de bizcocho (procurar que esta sea una capa plana, sin irregularidades), y cubrir con la última capa de crema. Esta capa será la "cara" de nuestra tarta. Alisar con espátula todo lo posible y marcar dibujos ondulantes con un cuchillo de sierra o una espátula similar.
Truco: si se calienta el cuchillo un segundo bajo el grifo de agua caliente, será más fácil marcar la crema, pero cuidado, si calentamos la crema, cosa que sucede muy fácilmente, cambiara de textura y de color y eso no debe pasar. La crema se ha de trabajar en frio todo lo posible.Si se calienta, parar inmediatamente y meterlo todo a la nevera unos minutos.
5. Con la crema sobrante (si, debe sobrar crema!) se cubriran con espátula los bordes de nuestra tarta e iremos encamisando con la almendra fileteada.
6. Dibujaremos, con más crema y siempre cuidando no darle calor con nuestras manos, una cenefa de conchas pequeñitas (boquilla de estrella pequeña) en los bordes a todo alrededor.
Nota: si para entonces no os queda más crema (como fué mi caso), utilizar la imaginación ;)
De quedaros más crema, la tarta orignal lleva inscrito en su superficie la palabra "Moka" (del estilo de la tarta Ópera)

Guardar en nevera un par de horas para que se asiente el trabajo y listo para servir.
Esta es una tarta que requiere de técnicas y mucho tiempo pero realmente puede elaborarse muy rápidamente y de una u otra forma siempre va a quedar deliciosa!

Os prometo que un solo bocado merece la pena tanto esfuerzo! A disfrutar!
  




martes, mayo 21, 2013

Galletas Bretonas, receta original francesa.



Cuando me preguntan qué tipo de repostería hago o me gusta más siempre me viene a la cabeza en primer lugar la magnífica y delicada pastelería francesa.
Ser capaz de dominar las técnicas dictadas, la precisión y regularidad, aunque solo sea haciendo un bizcocho genoise o una compleja tarta Ôpera... te llena de orgullo y satisfacción, que diría aquel.

Por eso, cuando el otro día me tropecé con una verdadera "biblia" de los postres presentada nada más y nada menos que por el magnífico Master Chef Pierre Hermé, no pude más que abrirla y notar un halo de luz sobre mi cabeza...

Y cada vez que lo abro me sorprendo de lo mucho que adoro este libro. Haré muchas cosas y empiezo por unas sencillas pero deliciosamente irresistibles galletas bretonas, originales de la zona de la Bretaña francesa, receta de Postres, Pierre Hermé.



Ingredientes para unas 20-25 galletas
130 gr. mantequilla

135 gr. azúcar glás
2 gr. sal
1 huevo
230 gr. harina
7 gr. levadura en polvo
1 cucharadita de vainilla (opcional)

Elaboración:

1. Ablandar la mantequilla y mezclarla con el azúcar y la sal. Añadir el huevo y amacar algunos minutos con una cuchara de madera. Incorporar aquí la vainilla si gustamos. Verter la harina, tamizada con la levadura, y amasar hasta que la masa quede homogenea.

2. Formar una bola, envolver en film y dejar reposar 1 hora en un sitio fresco.


3. Cortar la masa en 4 trozos. Hacer con cada uno un cilindro de 3-4 cm de diámetro y cortarlo en rodajas de 1 cm de grosor. Para mantener la forma, debe manipularse la masa en frio, si no, se ablandará y perderá la forma redondeada.

4. Poner estos discos en una bandeja con papel sulfurizado o un silpat y meterlos 1 hora en el frigorífico.


5. Precalentar el horno a 200ºC y hornear 10 minutos o hasta que estén doraditas. Sacar y dejar enfriar.

Y a merendar! Estas galletas están deliciosas con una crema inglesa, una mousse de chocolate o un helado o sorbete!

Cómo huele la casa!



viernes, mayo 10, 2013

Afghans Biscuits y el final de mi periplo por Aotearoa (III).


Hace ya unas semanas que volví de Nueva Zelanda.
Hace unos años que llevaba intentando llegar hasta allí, creanos un hogar, un futuro. Aquella tierra hermosa y rica nos demostró, durante el tiempo que estuvimos allí, que su tierra es única en el mundo y sus aguas las más remotas desde dónde ahora escribo, las más hermosas y ricas del planeta.




Habíamos quedado en las últimas entradas en que la sorpresa había sido mayúscula y terrorífica al comprobar que la fama de buena gastronomía de la "Tierra Media" había sido alterada por los gustos de los colonos europeos que campan a sus anchas en aquella tierra arrancada al océano, primero por los maoríes del pacífico y luego por los conquistadores británicos allá por el 1800...



Nuestro gozo en un pozo. Tanto esfuerzo, trabajo y dinero invertidos para llegar a la conclusión de que, hoy por hoy, nuestro destino aún -si, AÚN- no estaba en Wellington, ciudad capital de Nueva Zelanda y donde residen nuestros corazones desde nuestros primeros pasos por sus caminos, dos años atrás...

Y así, derrotada y deprimida, me dió por pasear por los puertos y las calles llenas de cuestas, gatos felices y exótica frondosidad para recapacitar acerca de qué iba a hacer el resto de mi vida si haber llegado hasta Nueva Zelanda no había sido suficiente para encontrar mi sitio.



Y de alguna manera, soltando el peso de la culpa empezé a verlo todo más hermoso, a disfrutarlo todo al máximo y a encontrar cosas que hasta encontes no me había permitido, como gatos por doquier (es el país con más gatos por ciudadanos, vigilados por la ley pues, al no haber grandes depredadores en toda la isla, son los mininos los que han acabado con la mayor parte de las aves autóctonas neozelandesas! Son muchos, son gordos y están confiados! jejeje).



Y así visitamos el norte de la isla sur, cruzando el estrecho de Hook en el querido interislander, como viajamos en bus -no hay otra forma- hacia el norte de la isla norte quedándonos en el paradisíaco Lago Taupo -con su increíble tallado maorí en el centro del lago- y las cataratas Huka...




También paseamos por su ensenada y su puerto y sus montes... El puerto era nuestro lugar de peregrinación cada día. Daba igual como hubiera ido en la escuela de inglés, en las entrevistas de trabajo, en los tramites de cada día... Al final, el puerto siempre nos reconfortaba.




Cuando en una de estas descubrimos Arobake, en el barrio Aro Valley. Era la primera vez, en tanto tiempo, que veía una tienda que se llamara a sí misma "bakery-patisserie". Y no solo nos la encontramos, es que cuando lo hicimos, un grupo de jazz estaba improvisando en su piso superior -cosa común como ya os he dicho anteriormente, que allí son muy de tocar en la calle, a cualquier hora-. Pero es que era increible!





Y al día síguiente, cuando volví fué más increíble todavía! Pasteles tradicionales, Carrot Cakes, Red Velvet cakes! Cupcakes, galletas, semillas, harinas, panes, PANES!! Unos panes increíbles que ya habiamos dado por inutil encontrar... Aunque no buscaban a nadie para trabajar, tuve la suerte de poder charlar con algunos chicos y me contaron que Arobake es una empresa familiar, de gusto por la buena alimentación y pude ver que no les iba nada mal dado que cada día abrían con los mostradores como ya veis y al medio día ya lo habían vendido todo!




Es en esta última foto cuando más me sorprendí. Seguro que podeis reconocer algunas piezas como unos mini carrot cakes, tartaletas de chocolate y vainilla, lamingtons de chocolate... y dos biscuits que me sorprendieron y que resultaron ser tradicionales allí, las Belgium Biscuits (las del glaseado rosa con sprinkles) y las Afghans Biscuits (abajo, con una nuez encima). Me enamoré de ambas, no sabría elegir! Y supe que tenía que pillarme un recetario tradicional neozelandes, si es que acaso eso existía...

Y así era! El Edmond's Recipe Book! El libro más veces editado y vendido a lo largo de la historia civilizada del país! Os dejo aquí una miniversión en pdf bastante graciosa.

Así, nada más llegar, ya en casa y tras un par de semanas de jetlag horroroso -horripilante y terrorífico, en serio, que no os cuenten milongas, una diferencia horaria de 12 horas es un jetlag demencial!!- y eso, que me puse manos a la obra.







Afghans Biscuits (tradicionales de Nueva Zelanda y Australia):

200 g mantequilla
1/2 cup azúcar
1 1/4 cup harina normal
1/4 cup cacao en polvo
2 cups de cornflakes (si si cornflakes, tal cual)
Nueces para decorar

Batir la mantequilla con el azúcar hasta que este cremosa, tamizar la harina y el cacao juntos e incorporar a la masa. Verter entonces los copos de maiz y amasar con las manos bien, aprentando sin miedo a romper los cereales. Es una galleta frágil por lo que cuanto más se amase (sin pasarnos, que se nos derrite) más consistencia tendrá.
Dividir en pequeñas bolas que aplastaremos un poco y las pondremos separadas unas de otras en una bandeja para el horno.
Precalentar el horno a 180º y cocer 15 minutos.

Cuando estén frias, cubrir con un poco de glaseado de chocolate, una buttercream, la mezcla que más os guste. Incluso nutella sola le vienen de lujo. Y coronar con media nuez.

Están buenas sin cobertura, tal cual, pero están mucho mejor con el glaseado de chocolate! Textura crujiente y diferente y la nuez ya... buff! Le dije a mi marido que se las llevara todas al trabajo y me dijo que no... menos mal!




Y así, llego al final provisional de esta historia, breve y personal como ella sola, de como una chica del sur de España lo dejó todo por ver cambiar el color de los montes de la Tierra Media.
Pero, aunque todavía no ha podido ser, no me rindo. Nuestros corazones se quedaron allí, en las rocas del Wellington Harbour, junto a la estatua en honor de aquellos que llegan a esa hermosa tierra buscando la felicidad...

Ya volveremos a vernos, Windy Welly...



lunes, abril 29, 2013

Strawberry Yoghurt Mousse Cake!

Hago un alto en el camino de Aotearoa para darle paso a una receta que nació como una cosa, luego se torció y pasó a ser otra aún más genial que la original! El Strawberry Yoghurt Mousse Cake!
Fresas, fresas everywhere!




Y es que tengo el reto personal de prácticar y hacer cuántas recetas me sea posible durante la semana, practicar mucho y no olvidar todo lo aprendido en los últimos años, incluidas las recetas de Le Cordon Bleu, dado que estoy en un stand-by ahora mismo, no quiero perder práctica.
Así, me dije, ¿porqué no hacer, con los limitados medios de una cocina normal, una de las tartas que más problemas me dió? Así me propuse hacer una tarta Fraisier.
Fresas, creme mousseline, creme patissiere, genoise y mucha nevera... Un reto si llevas más de tres meses si pisar la cocina!

Pero dado que la creme patissiere no me gusta demasiado y que mi nevera no es un abatidor, la receta fué variado para crear una mousse de yogur, en lugar de una mousseline de vainilla.

Y no le doy más vueltas, vamos con la receta!




Bizcocho Genoise:

4 huevos
20 gr yema
120 azucar
120 harina
15 mantequilla

Metodo:

1. Blanquear los huevos, la yema y el azucar en un bol, llevar a baño maría, sin dejar de remover con una varilla hasta que alcance la temperatura de 50-55ºC. Llevar entonces esta mezcla a la batidora electrica y batir entre 10-15 minutos hasta que se enfrie y en los que la mezcla se irá montando.
2. Derretir la mantequilla y verterla en nuestra mezcla cuando esta se haya enfriado (45-50º), sin remover ni tocar, solo verter sobre la mezcla.
3. IMPORTANTE: Tamizar la harina muy suavemente sobre la mezcla en 2 veces. Debe hacerse sin golpes, suavemente, para que nos baje el bizcocho. Incorporaremos cada vez con movimientos de espátula envolventes, suaves, procurando no meter aire ni sobremezclar, apenas unos pocos movimientos de muñeca. Integrar toda la harina del mismo modo. Jamas sobremezclar ni golpear el bol.
4. Verter en un molde de 18 cm. rellenando las 3/4 partes.
5. Llevar a horno precalentado, 180º 20 minutos. No debe hundirse en el centro ni tener chepa si se hace bien. Si no, siempre podemos igualarlo con un cuchillo ya que es un bizcocho que sube mucho y utilizaremos 2 capas.
6. Sacar del horno y dejar enfriar en el molde 5-10 minutos. Luego sacar a rejilla y dejar enfriar por completo.




Mouse de yogur de fresas:

220 gr. de puré de fresones (procedentes de Huelva, lavados, cortados, troceados y hechos puré. Y digo Huelva como puedo decir Valencia, eh? Producto nacional, de nuestros campos!)
140 gr. de yogur de fresa no desnatado
45-75 gr. de azúcar (yo utilicé 60 gr., depende de lo golosos que seais)
300 gr. de nata para montar (35% de grasa, bien fría)
1 sobre de gelatina neutra en polvo (unos 12 gr. o entre 6 y 7 láminas de 2gr/cada una)
40 ml. de agua caliente

Para decorar
5 o 6 fresones bonitos para decorar
Brillo pastelero o gelatina (esto sirve para enbadurnar las fresas y que queden brillantes y bonitas -y que aguanten más tiempo sin estropearse-).
Licor o jarabe de fresas (opcional, para bañar el bizcocho).

Método:

1. Mezclar en un bol grande el puré de fresas, el azúcar y el yogur de fresa.
2. Disolver la gelatina en los 40 ml. de agua caliente, dejar 5 minutos. Verter un poco más de agua si fuera necesario, remover hasta disolver los grumos y dejar enfriar.
3. Montar la nata casi al punto en un bol aparte.
4. Mezclar la gelatina con nuestro puré de fresas.
5. A paletadas y suavemente, emulsionar nuestra nata casi montada con nuestro puré. Movimientos envolventes y procurando no perder el cuerpo de la nata en el proceso. En dos o tres veces se habrá añadido toda. Reservar en frio.

Montaje final:



1. Tendremos preparado un aro de 20 cm. Esto es importante. Debe ser más ancho que el bizcocho. Por la parte de dentro colocaremos un acetato pegado a los bordes todo lo posible. Si no disponemos de acetato, podemos utilizar papel sulfurizado, el tipico papel de horno Hacendado sirve. Debe ser un tipo de papel que permita sujetar nuestra mousse para que enfrie y cuaje, sin que se pegue y sin que deje extraños pliegues, ok?
Ah, y una bandeja! Sobre esta reposará nuestra tarta y no se nos saldrá por debajo! ^__^

2. Cortaremos nuestro bizcocho frio en dos capas (pueden ser tres si lo habeis hecho bien y quereis que os quede muy alto, pero las capas deberán ser finas), de 1 cm de alto cara una, lo más rectas posibles. Ayudaos de reglas, listones o lo que querais. Y bueno, si no quedan iguales, tampoco es para tirarse por la ventana!

3. Procedemos al montaje. Sobre la bandeja, el aro y el acetato. Colocar la primera capa del bizcocho en el interior de nuestro aro (con el acetato/papel puesto), justo en el centro. Debe quedar como 1cm alrededor entre el bizcocho y el aro.

4. Con una paleta o cuchara, verteremos un poco de nuestra mousse de fresas encima, igualando la cantidad y más o menos de 1 cm de alto, lo mismo que el bizcocho.

(C)LissaMelissa



5. Colocar entonces la segunda capa de bizcocho nivelándolo todo lo posible. En este momento podeis añadirle el licor de fresas al bizcocho si os apetece. Yo no lo hice porque suele estar muy dulce y no quise restarle sabor a la suave mousse de fresa.

6. Verter de nuevo más mouse, igualar. Si vamos a poner una tercera capa, es el momento.

7. Verter el resto de la mousse. Distribuir desde el centro hacia fuera, rellenando los bordes de nuestra tarta por completo, de forma constante pero suave, con una espátula. Nivelar todo lo posible en la parte superior. Si os queda algo rugoso, no problem, luego pondremos las fresas decoradas ^__^

8. Llevar nuestra bandeja con nuestro montaje a la nevera. Debemos dejar enfriar nuestra mousse y que la gelatina actue. Necesita como mínimo 4 horas! Recomendable dejarla de un día para otro! Resistid! Sé que querreis probarla en ese momento, que querreis desmoldarla antes de tiempo! Pero aguantad, si sacais el aro antes de tiempo la tarta se desparramará! Lo ideal es dejarla toda la noche en la nevera!

9. Para desmoldarla al día siguiente, recomiendo utilizar un soporte porta tartas de cartón con el mismo diametro que nuestra tarta, colocarlo bajo nuestro aro y tirar de este hacia abajo muy suavemente. Si ha cuajado y el acetato/papel hacen su trabajo, no tendreis problemas en retirarlo límpiamente. Apoyad la tarta en algún soporte tipo vaso de cristal o algo así. IMPORTANTE: NO SACAR EL MOLDE HACIA ARRIBA! Siempre hacia abajo! Si no, podemos estropear todo el trabajo!

10. Plantar la tarta en el plato o soporte final de presentación.

11. Lavar las fresas reservadas para decoración y bañarlas con brillo o un poco de azúcar glas (o podeis dejarlas tal cual ^__^) y colocarlas sobre la tarta de forma decorativa!

Lista!

Una tarta suave, fresca, con frutas de temporada y muy muy rica!

(C)LissaMelissa

Dudas, preguntas o consultas, escribidme!

Yo me quedo aquí, comiéndome un cachito de tarta... Ñam!

viernes, abril 26, 2013

Aotearoa, un periplo de los gordos. Parte 2, la cocina neozelandesa.


 Nos habíamos quedado en que la historia de Nueva Zelanda es todavía joven, fogosa, orgullosa de su propia identidad como "kiwis": mitad británica y mitad maorí; mitad cosmopolita, mitad cerrada a las interferencias extranjeras; mitad protestante y mitad animista; mitad y mitad en todo. Una dicotomía en toda regla, de extraños opuestos en equilibrio.

Y con su cocina ocurre algo parecido pero para entenderlo hay que tener presente la clase de británicos que llegaron a sus costas en el siglo XIX.

Es mundialmente conocida su gastronomía, sus vinos y su panadería y así lo creía yo cuando llegué. Dadas las condiciones climatológicas de las islas, la calidad de sus frutas y verduras no tienen igual en todo el mundo. Y lo digo desde mi casa murciana, conocida como "la huerta de europa". Tierras tan fertiles, aguas tan puras y poca agricultura intensiva hacen que cojas un tomate y de lo enorme que es creas que viene del espacio exterior. Y además está bueno, sabe a tomate. Y solo como ejemplo!



El problema aquí es que, como podeís ver en este par de fotografías, apenas nadie se para a comprarlas. No son caras, al menos no todas, pero no las comen. Solo veías población asiática y germana comprando. Digo germana porque tras la II Guerra Mundial, NZ se convirtió en un asilo para aquellos que huyeron del reich y a día de hoy, la población germana en Wellington alcanza casi la quinta parte de la población total en la capital.




Pues qué comen, entonces, los kiwis?
Pues nada bueno, francamente. Es tal la cantidad de productos procesados, envasados, enlatados y llenos de aditivos a simple vista nocivos que te planteas si es que están mal de la cabeza.
Y es que, recordad, aquellos primeros colonos británicos no eran presidiarios ni foragidos, eran nobleza y clase media-alta, snobs con sirvientes a los que ordenaban servir comidas típicas del norte de europa. Y no era buena comida. En lugar de aprovechar lo que NZ ofrecía, siguieron optando por la comida británica -empanadas y guisos de carne- y asíatica -procedente del periodo imperial-.

Ingredientes de un Tiramisú. Visto en un Hipermercado. Clic para ver más grande.

Eso si, una cosa que me encontré fueron las grandes cantidades de ingredientes específicos de repostería que tanto cuestan encontrarse en España: extractos, esencias, colorantes líquidos y en gel, glucosa, fondant, cremor y ácido tartárico, golden syrup, diferentes tipos de azucares, mogollón de frutos secos y frutas escarchadas ideales... Lástima que por cosas de aduanas solo pude traerme un par de esencias y alguna que otra cosilla más, como el famoso Mixed Spice británico. Esa espécia que es una mezcla de especias en sí misma y que huele de maravilla!

Y no son caros! Las esencias, a 2,96 NZD equivale a unos 1,70 €

Pues bien, el caso es que, a día de hoy, tienes influencias de toda asia y europa en su comida, pero no existe una gastronomía TI-PI-CA-MEN-TE neozelandesa como tal. Solo materia prima excelente poco o mal aprovechada.

Pero hay algo que si que comen.
Vaca. Concretamente de la clase Angus, originaria de Irlanda.
Mucha vaca. Muchísima vaca. Y en cantidades industriales.

Dada la cantidad de vacas que residen en las islas, Nueva Zelanda tiene el grosor más delgado en la capa de ozono de todo el planeta -y lo aprendimos tras torrarnos mucho el primer día, a partir del segundo, protector factor 50-.
Muchas vacas.

Vacas, vacas everywhere!! Por todas partes, vacas!

La especie temible conocida como "Vaca de Rio" xD Se ha declarado una sequía y los animalicos vienen al rio a beber.

Y claro, todo lo celebran con una barbacoa. Y no un par de fileticos y ya, no. Sacos de salchichas de vacuno por kilos y por metros. Estantes y estantes llenos de carne procesada. Bandejas y bandejas de vaca hasta donde la vista alcanza. Apenas media estantería para el cordero, el pollo y ¿pescado? Nop. No hay pescado. Solo algunas piezas de ahumados. Cero. Nada. Increíble pero cierto.

¿Están gordos los kiwis? Si y no. Gordos están los maoríes, pero por cuestiones tradicionales. Los pakehas -"hombre blanco"- están todo el santo día haciendo ejercicio. O bebiendo cerveza, pero esa es cuestión aparte. ¿Sabíais que en NZ nacieron los de deportes de riesgo más extremos? Jetboat, trekking, extreme mountain bike, skydiving, rafting… y el bungy jumping, como el puenting pero rebotando. Pues a base de deporte queman la vaca.

"Pero no te enrolles más, cansina, ¿Cómo es la repostería neozelandesa?!"

Llegados a este punto, podemos afirmar que la base de su gastronomía consiste en carne, grasa y comida insípida procesada en exceso.
No tienen mala pinta, verdad? No son caros, tampoco. Pero hay que leer sus ingredientes para alejarte huyendo de allí
Pues la pastelería es igual, exageradamente grasienta, sin gusto y llena de aditivos. Con buena pinta? No siempre. Si no, fijaos en los "Red  Velvet" de más abajo, que te vienen en un supermercao normal.


Unos Red Velvet con una pinta bastante ¿sospechosa? x__x

Por fortuna, no todo fué negativo respecto de la pastelería repostería en Wellington. Lo bueno, y lo mejor -que lo hay-, lo dejamos para mañana.

Gracias por leer hasta aquí!